jueves, 11 de septiembre de 2008

La Depresión de Elías

La depresión puede ser caracterizada como "una condición compleja y peligrosa que muchas veces es imposible de describir y definir". Esto es, en parte, porque se usa el término depresión para referirse a distintas cosas: una tristeza general, una depresión momentánea, sentirse humillado después de un fracaso o un período de estrés o inestabilidad emocional.

El Diccionario RAE señala a la depresión como un “Síndrome caracterizado por una tristeza profunda motivada por la inhibición de todas las funciones síquicas”, y otros especialistas la consideran como una “enfermedad siconeurótica o sicótica caracterizada especialmente por la tristeza, inactividad, dificultad en el razonamiento y a concentración, un aumento o disminución significativo del apetito y del sueño, sentimientos de abatimiento y desesperanza y, a veces, con tendencias suicidas”.

Quizá alguien pueda decir: "yo nunca he atravesado por eso"...¡Cuidado! A continuación revisaremos la llamada “depresión por agotamiento”, que atravesó el profeta Elías.

Bernardo Stamateas lo expresa de la siguiente manera: [1]

“La vida de Elías es un claro ejemplo de esta depresión. Acab, el rey de Samaria, se encontraba en pleno apogeo de su poder. Elías se presenta ante él y predice una sequía que durará 3 años (1 Reyes 17:1); pasado el tiempo se presenta ante Acab nuevamente (1 Reyes 18:1-3) acusando al rey de su idolatría, desafiándole a probar al verdadero Dios (1 Reyes 18:17-24); los profetas de Baal comienzan con gritos, éxtasis, delirios místicos y actos autohipnóticos, con los que nada lograron (1 Reyes 18:25-29)

Pongámonos en el lugar del profeta Elías. Comenzaba a vivir toda esta tensión y desgaste que la situación le producía; solamente el hecho de estar observando tanta locura junta hasta las 3 de la tarde, era ya de por sí un estímulo de agotamiento terrible.

Cuando le toca el turno a Elías, asume un rol totalmente opuesto a la actitud ocultista de sus opositores, muestra al verdadero Dios (1 Reyes 18:30-39), para luego acabar con el falso culto a Baal (1 Reyes 18:40)

Pero todo no termina ahí, el profeta promete lluvia, lo que le lleva a correr delante de Acab hasta llegar a Jezreel, 25 km de carrera (1 Reyes 18:42-46). Al enterarse Jezabel, lo busca para matarlo; entonces Elías decide escapar para salvar su vida, va a Beerseba y luego de un día de camino (1 Reyes 19:1-4) se deprime producto de todo lo vivido” (1 Reyes 19:1-14).

Acab informó a Jezabel de todo lo que Elías había hecho y de cómo había matado a espada a todos los profetas.
2 Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías, diciendo: "¡Así me hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he hecho tu vida como la vida de uno de ellos!"
3 Entonces él tuvo miedo, y se levantó y huyó para salvar su vida. Así llegó a Beerseba, que pertenece a Judá. Dejó allí a su criado,
4 y él se fue un día de camino por el desierto. Luego vino, se sentó debajo de un arbusto de retama y ansiando morirse dijo: --¡Basta ya, oh Jehovah! ¡Quítame la vida, porque yo no soy mejor que mis padres!
5 Se recostó debajo del arbusto y se quedó dormido. Y he aquí que un ángel le tocó y le dijo: --Levántate, come.
6 Entonces miró, y he aquí que a su cabecera había una torta cocida sobre las brasas y una cantimplora de agua. Luego comió, bebió y se volvió a recostar.
7 Entonces el ángel de Jehovah volvió por segunda vez, y le tocó diciendo: --Levántate, come, porque el camino es demasiado largo para ti.
8 Se levantó, comió y bebió. Luego, con las fuerzas de aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.
9 Allí se metió en la cueva, donde pasó la noche. Y he aquí que vino a él la palabra de Jehovah, y le preguntó: --¿Qué haces aquí, Elías?
10 Y él respondió: --He sentido un vivo celo por Jehovah Dios de los Ejércitos, porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Yo solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.
11 Él le dijo: --Sal afuera y ponte de pie en el monte, delante de Jehovah. Y he aquí que Jehovah pasaba. Un grande y poderoso viento destrozaba las montañas y rompía las peñas delante de Jehovah, pero Jehovah no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero Jehovah no estaba en el terremoto.
12 Después del terremoto hubo un fuego, pero Jehovah no estaba en el fuego. Después del fuego hubo un sonido apacible y delicado.
13 Y sucedió que al oírlo Elías, cubrió su cara con su manto, y salió y estuvo de pie a la entrada de la cueva. Y he aquí, vino a él una voz, y le preguntó: --¿Qué haces aquí, Elías?
14 Él respondió: --He sentido un vivo celo por Jehovah Dios de los Ejércitos, porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Yo solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

Meditando este pasaje, intentaremos contestar las siguientes preguntas:

1. ¿Cuáles son las circunstancias que amenazaron y afectaron a Elías?
Su vida corría peligro: La amenaza de muerte de la reina Jezabel en contra de la vida de Elías (19:2) desató un fuerte sentimiento de temor y evasión, provocando la huida (19:3); y este cuadro que aparece en 1 Reyes 19 se explica por el cansancio de la jornada anterior del profeta –el enfrentamiento contra los profetas de Baal, el ajusticiamiento de estos y la carrera a Jezreel- con toda la tensión y desgaste emocional y físico que esto involucró.
Internación en el desierto, abandonando toda compañía humana y toda fuente para la satisfacción de sus necesidades básicas: Elías se interna en el desierto, un lugar seco y árido, donde generalmente no hay agua ni alimento(19:3)-se puede interpretar como una conducta autodestructiva- y deja a su criado (19:4), es decir, se aparta de la única compañía humana que tiene.

2. ¿Qué síntomas de depresión manifestó Elías?
a.Aislamiento: problema en su capacidad de sintonización, discomunicación; abandona a su criado en Beerseba y se marcha solo al desierto.
b.Deseo de morir: descenso en el estado de ánimo y en la energía de los impulsos (anergia y humor depresivo), Elías vaga solo en medio del desierto, lugar inhóspito y hostil, manifestando ideas negativas y falto del impulso y las fuerzas que le caracterizaron en el capítulo 18 de 1 Reyes.
c.Pensamientos negativos recurrentes:
Pensamientos autodestructivos y autodevaluación del concepto de sí mismo al compararse con la fe y conducta de sus antepasados (4 y él se fue un día de camino por el desierto. Luego vino, se sentó debajo de un arbusto de retama y ansiando morirse dijo: --¡Basta ya, oh Jehovah! ¡Quítame la vida, porque yo no soy mejor que mis padres!), visión negativa del mundo, desilusión y autocompasión(14 He sentido un vivo celo por Jehovah Dios de los Ejércitos, porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Yo solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida)
d.Alteración de sus ritmos biológicos: ritmopatía severa (problemas de sueño, apetito, ritmo del ánimo en el día, etc.)
-la depresión comprometió las 4 áreas del vector funcional de vitalidad: el estado de ánimo, la energía de los impulsos, la capacidad de sintonización y la regulación de los ritmos.

3. ¿Cuál era el pensamiento negativo que lo afectaba?
Creo que era más de uno, pero el principal corresponde al versículo 4: “ y él se fue un día de camino por el desierto. Luego vino, se sentó debajo de un arbusto de retama y ansiando morirse dijo: --¡Basta ya, oh Jehovah! ¡Quítame la vida, porque yo no soy mejor que mis padres!”, se trata de un pensamiento negativo de pérdida del deseo de vivir, una idea autodestructiva o suicida y la comparación con otros (ese pensamiento de “ser mejor o peor que los demás” el “no soy mejor que mis padres”), la depresión que estaba viviendo lo llevaba a desvalorizarse el mismo, desvalorizar el mundo que le rodeaba y desvalorizar su futuro.

4. ¿Cuál es la intervención que hace Dios? (1 Reyes 19)
a. (vv.5,6) – La Presencia de Diosviene a acompañarle y le entrega alimento y líquido y protege su sueño (es decir, le restablece los ritmos biológicos básicos de dormir y comer).
b. (v.5) – Específicamente, el Angel le toca y le habla : el contacto personal, una terapia de acompañamiento, Dios estaba acompañando a Elías en medio de la depresión que este estaba sufriendo.
c. (vv.8-14) – en el v. 7 Dios le da esperanza, lo alienta y le recuerda que aún falta camino por recorrer hasta llegar a Horeb, monte de Dios(podríamos relacionar esto con la oración con “subir” a la presencia de Dios). Luego Dios le habla y comienza a hacerle preguntas “¿Qué haces aquí, Elías?” para hacerle consciente de dónde se encuentra dentro de los propósitos y planes de Dios.

d. (vv.15-17) – Dios le recuerda su misión como profeta y le da una nueva comisión de ungir a un nuevo profeta y a un nuevo rey en Israel y a un nuevo rey en Siria; le fortalece su sentido de misión, lo vuelve a su actividad, a su labor de hombre de Dios, de profeta.

Lo más destacable es el amor, la misericordia, la ternura de Dios con su siervo Elías; no fue Elías quien tomó la iniciativa de buscar a Dios en medio de su depresión: fue Dios quien salió en busca del cansado profeta, lo restablece con sus tiernos cuidados, luego lo anima y lo regresa a enfrentar la vida.

Dios lleva a Elías a una intimidad que, según se puede apreciar, el profeta había descuidado, y le manifiesta su voz, su Palabra, no a través de eventos impresionantes como el terremoto o el fuego, sino a través del silbo apacible, la paz de Dios que nos llena no cuando corremos aceleradamente por la vida, sino cuando nos sentamos para oír Su Palabra, el silbo del Espíritu Santo.

También es interesante como Dios confronta las creencias equivocadas de Elías; le corrige y también le enseña : primero, a no descuidar su comunión con Dios por causa de su trabajo; segundo, a no compararse con la fe y el servicio de otros, a no encerrarse en el complejo de “superespiritual”; tercero, a no aceptar la autocompasión, al decir “yo soy el único que queda de los profetas”, porque Dios había resguardado un remanente de siete mil; es decir, Elías tenía que aprender que Dios no lo llamaba a actuar solo, sino a trabajar en equipo.

Aplicación
Cuidado con descuidar nuestra intimidad con Dios (el tiempo devocional y esos momentos de adoración y de alimentarse de la Palabra) por el “activismo” en el que a veces podemos caer; podemos estar “sirviendo a Dios” pero en nuestras propias fuerzas, en nuestra carne, llenos de ansiedades, y no en la paz que el ministerio y las personas necesitan ver en nosotros como siervos de Dios.
Pienso que el problema de “hablar mucho de Dios pero hablar poco con Dios” es un tema que a diario debemos replantearnos, para no terminar en una depresión por agotamiento. En Cristo Jesús hay esperanza para salir de la depresión.


[1] Bernardo Stamateas, Aconsejamiento Pastoral, Clie, 1995, pp.223-224

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