lunes, 22 de diciembre de 2008

CARTA DE NAVIDAD

La palabra Navidad es procedente de la palabra "Natividad", la cual significa "Nacimiento". En otras palabras, sin importar con cuáles otras celebraciones de fin de año coincidan la Navidad, es indudable que esta celebración alude a un "Nacimiento". ¿El nacimiento de quién? El Diccionario de la Real Academia Española, en su definición de "Navidad" nos proporciona la respuesta: "Navidad: Natividad de Nuestro Señor Jesucristo; Día en que se celebra" (Diccionario de la Real Academia Española. Espasa, España, 1996. Pág. 776).

A través del paso del tiempo se han agregado muchas costumbres tradicionales y seculares a la celebración de la Navidad. Estas adiciones socavan la celebración auténtica del nacimiento de nuestro Señor y Salvador. El materialismo que día tras día rodea cada vez más esta celebración nos dirige a lo superficial y mundano. Mientras algunos parecen solamente estar concentrados en la diversión, los niveles de suicidio y depresión aumentan desmesuradamente durante las fiestas de fin de año.

Como cristianos, hemos separado esta fecha para recordar el nacimiento del Salvador de la humanidad. ¡Qué bueno y estimulante es saber que hace unos 2,000 años nació el Prometido Hijo de Dios! ¡Qué grato es saber que, no obstante pasar por momentos difíciles, podemos recordar al final del año que un día cualquiera nació el Redentor de nosotros los pecadores (Juan 14:6)! Simplemente celebramos el cumplimiento del tiempo establecido por Dios, la Navidad es el día en que nuestro Dios envió a Su Hijo a nacer entre los hombres para redimirnos, cumpliendo las promesas hechas al pueblo de Israel (Isaías 7:14 Miqueas 5:2).

Jesús nació en Belén (Lucas 2:6-7). Pero en ese momento, todos los lugares de alojamiento estaban ocupados. ¡Que desesperación habrá sido para José y María! ¡María embarazada, pronta a dar a luz, y no había lugar dónde alojarse! Algo similar ocurre en las celebraciones de navidad. Llenamos la casa de tantas cosas y la mesa de tantas comidas y las celebraciones de tantas preocupaciones que no dejamos lugar para el Salvador Jesús.

Se ha vuelto más importante abrir los regalos que juntar las manos y hacer una oración de gratitud por el gran regalo navideño de Jesucristo (Juan 3:16). Muchos han olvidado el nacimiento que cambió la historia de la humanidad.

















El único lugar que María y José encontraron para que naciera el prometido Hijo de Dios, fue un establo. Allí, entre animales, pajas y un lugar casi a la intemperie nació el niño Jesús. Y un pesebre sirvió de cuna para el Señor. Un simple establo se convirtió en un lugar para el Rey.

Hay muchos corazones cerrados a Jesús porque están ocupados de muchas cosas. Pero en tu corazón Jesús quiere encontrar un lugar en donde vivir. Simplemente, por medio de la fe, puedes invitar a Jesús para que llene tu vida. Su ofrecimiento está en Apocalipsis 3:20: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”

Conclusión

Es bueno celebrar y regocijarnos en navidad, pero lo más importante es permitir un lugar en el corazón a Jesús. Porque no sólo quiere venir a tu vida a nacer, viene a traer la salvación y a reinar cada área de tu existir.

Si te sientes identificado con estas palabras, puedes hacer la siguiente oración, para invitarle como tu Señor y Salvador personal: “Señor Jesucristo, yo te necesito. Reconozco que Tú moriste por mis pecados. Te pido que entres a mi vida como Señor y Salvador, y hagas de mí la persona que Tú quieres que sea. Amén.”

Si te interesa conocer más de la vida con sentido y propósito, te invitamos a nuestras reuniones los días sábado a las 19:00 hrs. en nuestra sede ubicada en Dr. Pedro Lautaro Ferrer 3034 (esquina Los Leones). También te invitamos a nuestras reuniones los días sábado a las 19 hrs. Para mayor información, llamar a los fonos 02-7522391 o 09-7325344.

Recuerda: lo sustancial no es si tu mesa está llena de comida y bebidas o si recibirás muchos regalos. Lo que tiene que importar en esta navidad es que tu oración de gratitud por el gran don de navidad esté presente antes de cenar con la familia. Solo en Jesús encontrarás salvación y podrá reinar en ti el amor, la paz y la alegría, que también podrás compartir a otros.

¡Que tengas una Feliz Navidad!

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