jueves, 13 de noviembre de 2008

El verdadero sentido de la Navidad

Cada fin de año, esperamos con ansias la llegada de las Navidades en todo el mundo para dar riendas sueltas a nuestra alegría al recordar el nacimiento de nuestro Salvador. Sin embargo, para un observador imparcial, la forma en la que se celebran las Navidades podría resultar reprochable, especialmente en las grandes ciudades, donde la gente celebra de maneras que no podrían nunca ser consideradas cristianas.

La palabra Navidad es procedente de la palabra "Natividad", la cual significa "Nacimiento". En otras palabras, sin importar con cuáles otras celebraciones de fin de año coincidan las Navidades, es indudable que la celebración de las Navidades alude a un "Nacimiento". ¿El nacimiento de quién? El Diccionario de la Real Academia Española, en su definición de "Navidad" nos proporciona la respuesta: "Navidad: Natividad de Nuestro Señor Jesucristo; Día en que se celebra" - Diccionario de la Real Academia Española. Espasa, España, 1996. Pág. 776.

A través del paso del tiempo se han agregado muchas costumbres tradicionales y seculares a la celebración de las Navidades. Estas adiciones socavan la celebración auténtica del nacimiento de nuestro Señor y Salvador. El materialismo que día tras día más y más rodea esta celebración obviamente nos dirigen a lo superficial, consumista y mundano. Durante las Navidades las tiendas reportan ventas récords de alcohol, el uso de drogas aumenta desmesuradamente y la gente parece solamente estar concentrada en la diversión.

Como cristianos, hemos separado esta fecha para recordar el nacimiento del Salvador de la humanidad. ¡Qué bueno y aliciente es saber que hace unos 2,000 años nació el Prometido! ¡Qué delicioso es saber que durante todo el año, pasamos por momentos difíciles, pero que al final del año podemos recordar que un día cualquiera nació el Redentor de nosotros los pecadores! Simplemente celebramos el cumplimiento del tiempo establecido por Dios, la navidad es el día en que nuestro Dios envió a su hijo a nacer entre los hombres para redimirlo, cumpliendo las promesas hechas al pueblo de Israel.
Jesús nació en Belén (Lucas 2:6-7). Pero en ese momento, todos los lugares de alojamiento estaban ocupados.
¡Que desesperación habrá sido para José y María. María embarazada, pronto a dar a luz, y no había lugar dónde alojarse! Algo similar ocurre en las celebraciones de navidad. Hay lugar para todos y en las mesas hay de todo, menos para el nacimiento del Salvador. Las mesas están muy ocupadas así como los alojamientos de Belén. Llenamos la casa de tantas cosas y la mesa de tantas comidas y las celebraciones de tantas preocupaciones que no dejamos lugar para el salvador Jesús.

Se ha vuelto más importante abrir los regalos que juntar las manos llenar el ambiente con una oración de gratitud por el gran regalo navideño de Jesucristo. Muchos han olvidado el nacimiento que cambió la historia de la humanidad.

El único lugar que María y José encontraron para que naciera el prometido Hijo de Dios, fue un establo. Allí, entre animales, pajas y un lugar casi a la intemperie nació el niño Jesús. Y un pesebre sirvió de cuna para el Señor. Un simple establo, un censillo pesebre se convirtió en un lugar para un rey, para el salvador.

Hay muchos corazones cerrados a Jesús porque están ocupados de muchas cosas. Pero en tu corazón Jesús quiere encontrar un lugar en donde nacer y un lugar en donde no hacen falta soldados o puertas que impida verlo. Quiere reinar en tu vida y hacerse ver a través de ti ante muchas personas y para que se llenen de gozo al escuchar por medio de tus labios el mensaje de navidad y de salvación.
Conclusión
Es bueno celebrar y regocijarnos en navidad, pero importante es permitir un lugar en el corazón a Jesús. Porque no sólo quiere venir a tu vida a nacer, viene a traer la salvación y a reinar en tu vida. Si tu mesa está llena de comida y bebidas que no interese si bajo tu arbolito de navidad está lleno de regalos que no sea lo importante. Lo que tiene que importar en esta navidad es que tu oración de gratitud por el gran don de navidad esté presente antes de cenar con la familia.

Solo en Jesús encontrarás salvación y podrá reinar en ti el amor, la paz y la alegría, a la vez podrás compartirla.

¡Que tengas una feliz navidad! Amen.

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